La Diabetes Gestacional (DBT G) es la aparición de un mal metabolismo de glucemia (azúcar en sangre) a partir de la semana 24 de embarazo, cuando la placenta ya está formada. Con su diagnóstico, el embarazo pasa a ser de alto riesgo, y su seguimiento es estricto por un tocoginecólogo con un equipo interdisciplinario.
¿Sólo influye en el embarazo?
Si bien la lupa está en el bebé y el embarazo, la DBT G es un antecedente metabólico para la mamá de mucha importancia. Se sabe que las madres que tuvieron DBT G tienen más riesgo de presentar diabetes tipo 2 (DBT) que mujeres de la misma edad sin dicho antecedente. Y el riesgo aumenta exponencialmente con el transcurso de los años.
Si bien es una patología que se diagnostica durante el embarazo, deja una huella metabólica relevante para la mamá.
¿Hay algo que pueda hacer?
Sabiendo que hay mayor riesgo de DBT, es un buen momento para mejorar hábitos. Iniciar con la actividad física regular y sostenida en el tiempo, y realizar cambios hacia una alimentación saludable han demostrado reducir un 35% este riesgo de DBT.
Esto es PREVENCIÓN. Esta es la manera de ganarle años a la DBT y retardar su aparición el mayor tiempo posible. Farmacológicamente existen pastillas a utilizar, pero nada se equipara a los enormes beneficios del cambio de hábitos.
¿Necesito hacer controles posteriores al embarazo?
Entre la 4° y 12° semana post parto, debes realizarte una PTOG (la misma prueba que en el embarazo) para diagnosticar o no una DBT. En caso de que el estudio resulte normal, es ideal hablar con tu médico de cabecera y plantear un seguimiento con análisis de sangre cada 1 – 3 años, dependiendo de otros factores de riesgo.
No hay que preocuparse, HAY QUE ENCARGARSE. La genética puede predisponer a muchas enfermedades, pero está en nuestras manos hacer algo para evitar o retrasar lo máximo posible su aparición.
Dra. Guadalupe Magrini
Médica de familia