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Nacer San Juan

El puerperio que podemos…

La maternidad y el puerperio nos atraviesa a cada una de maneras diferentes.
Si tuviese que hablar de mis puerperios fueron mágicos, probablemente mi cuerpo estaba para retomar mi vida a los 14 días. Partos vaginales veloces, eficientes, bebés reactivos y conectados, lactancia materna exclusiva (la tercera se complicó luego del 3° mes).


El tema, creo yo, es no respetar ese proceso de dejar de estar conectada al propio cuerpo embarazado y comenzar a conectar con el cuerpo del otro, con el cuerpo y el alma del hijo. Ese proceso necesita tiempo, piel, atención, entrega, empatía por las necesidades del bebé independientemente de las necesidades maternas.


Si algo podemos decir de la situación de separación de mamá y bebé, y científicamente lo sostengo, es que, bebé que es separado del cuerpo materno por más de una o dos horas durante su primer mes de vida, SUFRE. Su cerebro se desorganiza ante esa ausencia, libera cortisol y adrenalina… ambas son hormonas feas para un bebé (son las del estrés), hace que bebé lentamente entre en una zona de desconexión, para protegerse de esa ausencia. Ningún proceso fisiológico y bioquímico del cuerpo del niño puede realizarse eficientemente sin la presencia corporal de su mamá.


En situaciones de fuerza mayor donde mamá no está, bebé deberá acoplarse al cuerpo de otro cuidador amoroso, atento, empático y 100% disponible para iniciar esta nueva relación de apego que mientras hace esa transición por lo desconocido va generando vínculos afectivos y bioquímicos que reemplazarán al contacto materno.

Los casos de internación en Neonatología representan una situación delicada y dolorosa, ya que de la tecnología que soporte al bebé dependerá su supervivencia y no podemos prescindir de ella. En estos casos plantear el porteo o el sistema de mamá o papá cangro todas las veces que se pueda ofrecerá la bebé y sus padres esos momentos de aliento y felicidad que necesitan para soportar el proceso.


CADA MUJER QUE DECIDE SER MADRE DEBERÍA SABER QUE ENTRA EN UN MUNDO DE ENTREGA, DONDE LAS NECESIDADES DEL HIJO POR LOS SIGUIENTES 2 O 3 AÑOS DEBERÍAN ESTAR POR DELANTE DE LOS GUSTOS, NECESIDADES O DESEOS DE CUALQUIERA, INCLUSO DE NOSOTRAS MISMAS.
Porque al parir no arrojamos un ser al mundo… empezamos a “construir un ser humano”, donde sus cimientos somos nosotras y la familia íntima.