Me vi en esta foto, arrullando, alimentando, sobreviviendo… y descansando
Y no se cómo sigo reconociéndome al espejo si he dejado de ser lo que fui por tantos años y en todos los aspectos; físico, emocional, profesional… a veces creo que no queda nada de mi luego los veo y confirmo que soy lo mejor de todas mis versiones hoy, la suma de todas mis etapas.
A veces me duele la maternidad, me extraño mucho, si, me extraño “a mi”, dejé de hablar conmigo y de ver por mi y me consuelo diciendo “esta bien”, así es, hoy es esto y va a pasar, terminarán estas noches caóticas, este colecho que amo y a veces odio, literalmente SOY EL OBJETO DE APEGO de mis hijos y suena romántico y lindo pero no se si existe algo más agotador!
amo sentir su calma cuando me sienten en la noche, amo escuchar su voz desde las 6 o 7 de la mañana pidiendo y exigiendo mi atención cuando no se ni cómo me llamo aún, cuando no se si dormí o dormité…
Y aún con todo, a pesar de todo, me siento TAN completa desde que llegaron, nunca me despedí de mi para renacer con ellos pero encontré lo más lindo de mi, lo más paciente, amoroso y fuerte porque su amor me ha hecho amarme más, respetarme más y admirarme más. Y no se si eso es lo que provoca el amor de un hijo pero hoy que me veo en sus ojos soy más bonita, soy más inteligente, soy todo lo que siempre quise ser.
Hoy ellos me confirman lo que siempre dudé, que soy capaz de todo.
Que ironía que pensé que ya conocía el amor cuando no tenía idea lo que es amar de verdad, amar sin condición, sin límite, amar a pesar de todo y amar a alguien más que a mi.
Y así por ahora y cada día, mi cuerpo, mi espacio, mi tiempo, mi cama, mi comida, mis pensamientos ya no son míos, son nuestros al igual q mis brazos y mi corazón.
Creditos: Japi Mom